Hace unas semanas hablamos de la batalla surgida en Argentina entre el Menottismo y el Bilardismo. Dos formas distintas de ver y entender el fútbol que estarán presente también en el derby de los derbys: Manchester United vs. Manchester City. José Mourinho y Pep Guardiola son dos entrenadores obsesionados por ganar, pero que, como Menotti y Bilardo, difieren en la forma: uno apuesta por conseguirlo con dominio y un juego bonito, que atraiga al aficionado; el otro, por lograrlo de la manera que sea. Ellos son el yin y el yang del fútbol.
No son 3 simples puntos, sino el primer gran golpe sobre la mesa. Ambos lo saben y ambos quieren ganar dejando su impregna. ¿Cuál es el problema? No llevamos ni un mes de competición, ambos se han reforzado mucho y todavía hay cosas por pulir. Este inconveniente, no obstante, puede terminar afectando más a Pep que a Mou: cuesta más perfeccionar un sistema – en este caso, hacer del City un club dominante y que juegue bien al fútbol contra cualquier rival –, que no ir a ganar de cualquier manera. Sí es cierto, en cambio, que para esto último es necesario un buen sistema defensivo: el United cederá el balón al City para buscar el contragolpe, por lo que el equipo deberá defender junto, cerrar espacios atrás y estar, evidentemente, bien situado tácticamente sobre el terreno de juego.
Una de las claves del encuentro estará en ver quién se llevará el gato al agua en el mediocampo. Es de esperar que los centrocampistas del City tengan más el balón, pero ¿lo aprovecharán mejor? Tener la posesión no implica producir más, y ejemplos hay a patadas. Guardiola lo sabe bien. Así le eliminó Mourinho con el Inter. Por parte del United, Mourinho suele situar a Pogba en el doble pivote con vocación ofensiva. Con él, son 5 los jugadores que aportan más bien poco defensivamente. En este sentido, ¿qué hará el portugués: sacrificará a uno de la línea de 3 ‘mediapuntas’ por un jugador de corte defensiva (Pogba jugaría en la línea de 3) y, así, darle solidez atrás al equipo? ¿O mantendrá el esquema mostrado hasta ahora? Su elección puede ser determinante.
Guardiola y Mourinho no son dos entrenadores cualesquiera. Son, probablemente, los dos mejores del mundo. Les obsesiona ganar y, cada uno a su manera, se han hinchado a hacerlo. El domingo volverán a verse la cara, una ocasión más, por décimo séptima vez. ¿Serán capaces de sacarse un as de la manga y sorprenderse entre ellos?