El Manchester United siempre ha estado acostumbrado a tener grandes líderes, tipos como Charlton, Robson, Bruce, Giggs, Scholes, Irwin, Neville, Keane, Ferdinand, Vidic, Evra, entre otros, fueron esenciales en las conquistas obtenidas por los diablos rojos en su larga y exitosa trayectoria como club, cuando las cosas se ponían complicadas, siempre se podía contar ellos para dar la cara. En la actualidad, no queda ninguna duda que ese liderazgo está plasmado en los dos jugadores que tienen más tiempo en el primer equipo: Wayne Rooney y Michael Carrick.
El pasado sábado, el equipo de Van Gaal llegaba sin sus dos capitanes a Vicarage Road, casa del Watford, Carrick sufrió una lesión en su rodilla, durante el amistoso ante España en la pasada fecha FIFA y Rooney se encontraba enfermo. Con este panorama, si se le sumaban las bajas de Martial y Fellaini, el partido se presentaba como una prueba de carácter para el equipo de Old Trafford.
El United comenzó ganando con un gol de Memphis Depay, tras una gran asistencia de Herrera y en muchos tramos del primer tiempo controló el desarrollo del juego sin pasar muchos problemas, la historia sería distinta en la segunda parte, los de Quique Sánchez Flores, congestionaron el mediocampo y presionaron de forma intensa a Schweinsteiger y Schneiderlin, de esta manera, los diablos rojos perdieron la pelota y los Hornets, crearon oportunidades, encontrándose con un David De Gea imponente, pero cuando De Gea no intervenía, la defensa del United respondía ante la adversidad, es en este momento, donde la figura de Chris Smalling emerge como señal de confianza y liderazgo, con una voz comandante y despejando todo lo que se le atraviese, Chris dejó todo en la cancha para mantener la ventaja de su equipo, de igual manera, el fútbol tiene sus detalles imprevistos y en el minuto 85, Marcos Rojo derrumbó a Ighalo en el área, era penal para los locales y Troy Deeney se encargaría de capitalizar y así igualar las acciones.
Que te anoten un gol, con 5 minutos por jugar y de visitante, es algo mentalmente abrumador, especialmente para un equipo que contaba en cancha con jugadores muy jóvenes, como Lingard, McNair, Memphis y Andreas Pereira, es en esos instantes que los abanderados deben tomar la iniciativa y demostrar que están a la altura de la situación, Bastian Schweinsteiger se convirtió en ese guía que necesitaba el United, cuando el equipo parecía venirse abajo, pidió la pelota, trasladó, hizo jugar a sus compañeros y eventualmente (con ayuda de Deeney) convertiría el 1-2 en el minuto 90, un gol que le daría la victoria a los diablos rojos. Cuando su equipo más los necesitaba, Smalling y Schweinsteiger estuvieron ahí para apagar los incendios y para lograr tres puntos que los colocan a tan solo un punto del líder Leicester, a quien el United visita en la próxima jornada.
Aunque muchos estén en desacuerdo, este Manchester United sigue en transición, esta temporada parece tener bases más sólidas que la pasada, pero sigue siendo un equipo relativamente nuevo que todavía se está formando. Es buena noticia para Louis van Gaal saber que en este proceso y a falta de dos de sus pilares (Rooney y Carrick) cuenta finalmente con un líder en defensa, representado por Chris Smalling y con uno que a pesar de los años, nunca deja de luchar, que no tiene problema en cargarse el equipo al hombro y que vino al United a impregnar al resto de su actitud ganadora, el señor Bastian Schweinsteiger.