El Barça ha jugado un partido amistoso en Catar porque así se estipulaba en el contrato de patrocinio. La celebración del encuentro, del cual no se pueden extraer conclusiones futbolísticas, a estas alturas deja más inconvenientes que ventajas. Esta son 3 de las principales:
1. Calendario. Si la acumulación de partidos no fuera suficiente de por sí, la decisión de jugar un bolo en Catar no hace que empeorar las cosas. El viaje, los actos y el hecho de tener que hacer jugar a todas tus estrellas aumenta el cansancio tanto físico como mental. El Barça tiene este fin de semana un partido en el que no puede permitirse tropezar. El club haría bien en cuidar un poco más este tipo de detalles.
2. Señalados. Si bien es cierto que la ‘MSN’ se ha encargado de liquidar el partido en el primer cuarto de hora (0-3), también lo es que sin ella el equipo ha acabado perdiendo por 3-2 en una hora de juego, del minuto 30 hasta el final. Era un amistoso, sí, y no se deben extraer conclusiones, pero, como mínimo, sorprende. Especialmente señalado ha quedado, por ejemplo, Masip.
3. Lesiones. Este tipo de partidos pueden acarrear lesiones innecesarias, tal y como le ha ocurrido al canterano Carles Aleñá. El jugador del Barça B sufre una rotura de cuádriceps en su pierna izquierda. De esta manera, Aleñá, que saltó al verde en el 64, solo pudo participar durante 17 minutos. Esta vez el perjudicado ha sido un jugador del filial, pero otro día podría ser cualquiera de la columna vertebral del primer equipo y, aquí, Luis Enrique tendría un pequeño gran problema. Tal y como se ha comentado anteriormente, esta no era, ni mucho menos, la mejor fecha para hacer el partido.