No se sabe si volverá el fútbol en España. No se sabe
si su reanudación será para concluir el campeonato completo o solo para
disputar unas jornadas. No se sabe aún cómo será la nueva normalidad, ni si los
futbolistas tendrán vacaciones o empalmarán el fin de una temporada con el
inicio de la otra. No se sabe qué sucederá con aquellos cuyo contrato expira en
mes y medio, ni cómo se determinarán los campeonatos que no se puedan
finalizar. Todo indica que en tres o cuatro semanas podríamos estar viendo
desde casa, y quizás desde algún bar, los goles de Messi, la diestra de
Benzema, la omnipresencia de Ocampos y las asistencias de Koke junto a los
destellos de Joao Félix y las voladas de Oblak.
Con toda la plantilla a su disposición, una vez que Renan
Lodi ha superado el coronavirus y después de que haya ya casi la mitad de
la plantilla con anticuerpos, habiendo superado una enfermedad que ni siquiera
atisbaron, el Atlético se prepara para la vuelta al campeonato liguero y a
la Champions League como si de una carrera al sprint se tratase. No
se puede fallar y el objetivo es estar cuanto antes entre las cuatro
primeras posiciones.
Habiendo tenido un crecimiento exponencial en cuanto al
presupuesto en los últimos diez años, la crisis mundial azotará también a un
fútbol cuyos equipos están calculando pérdidas cercanas al 20% del
presupuesto. En el caso del Atlético, la situación se vería altamente
agravada si el equipo no consigue plaza para la máxima competición continental
el próximo curso, pues es la Champions League una fuente de ingresos primaria y
muy distante de la Europa League. Si ya de por sí la lógica dice que, salvo
inyección extranjera inesperada, todos los equipos deberán apretarse un poco
el cinturón en la confección de la próxima campaña, no acabar entre los
cuatro primeros sería bajar dos escalones en vez de uno.
Por eso afirmaba Stefan Savic que, a su vuelta, ya
estaba la plantilla para jugar todos los encuentros como una final y que para
eso se estaban mentalizando en cada sesión. “Si por nosotros fuera
jugábamos ya mismo”, afirmaba Joao Felix ayer. El partido a
partido que promulga Simeone desde sus años de futbolista coge más fuerza ahora
que el Atlético se sitúa en sexta posición, a dos puntos de la tercera plaza
y solo a uno de la cuarta que perdió en la última jornada, hace ya más de dos
meses, empatando precisamente contra los de Lopetegui.
Ante las tentativas de LaLiga y de la UEFA en caso extremo
de imposibilidad de continuar por concluir los campeonatos y otorgar las
posiciones definitivas como reflejase cuando se paralizase la competición
(algunos clubes sostenían que era más justo tomar como definitiva la
clasificación de la primera vuelta, para que solo se tomaran resultados de todos
contra todos en una ocasión), alcanzar la tercera o la cuarta plaza lo antes
posible se convierte en el único objetivo. Visitas a estadios tan complejos
como el del Levante, Athletic y Osasuna, además de un Nou Camp donde Simeone no
ha ganado nunca en LaLiga, encuentros contra rivales directos como Real
Sociedad y Getafe y partidos ante equipos que se juegan todo, como Mallorca,
Celta o Valladolid.
Además, el Atlético tendrá que hacer frente también a
otro envite mucho más jugoso y que nunca desviará la atención del otro
objetivo, pues la Champions se reanudará en agosto, si todo sigue por
los cauces planeados. Clasificado como uno de los ocho mejores equipos del
continente tras dejar en la cuneta al vigente campeón, el Atlético, igual
que el Leipzig, PSG y la Atalanta está ya en la siguiente ronda.
La copa, ilusión más que nunca, puede suponer este año
también un beneficio económico extra más necesario que en otras ediciones, pues
por jugar la final cada equipo se embolsará una cantidad cercana a los 15
millones (más otros 20 para el ganador) y por el camino los equipos han
cosechado un buen botín. Es decir, que para el Atlético, además del título,
también habría unos 45-50 millones extra en juego por premios.
En un verano donde las cuentas serán más austeras que nunca en todos los equipos del mundo, donde para entrar, primero habrá que dejar salir y donde los grandes fichajes solo se llevarán a cabo si de manera paralela hay ventas por un importe similar o igual al gastado (hay equipos ya incluso dejando entrever que para el próximo curso todos sus jugadores se deberán reducir el salario) , ganar cada partido de aquí a final supone una necesidad de supervivencia básica para seguir en la élite. Once duelos de LaLiga, dos, mínimo, en Champions y quién sabe si alguno más. Y no hay un equipo que tenga más interiorizado el partido a partido que el del Cholo.
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