Roman Zozulya era la última incorporación del Rayo Vallecano. El atacante de 27 años llegaba cedido procedente del Betis envuelto en una polémica sin precedentes en el modesto equipo madrileño y, por ello, ha tenido que volver a Sevilla.
Y es que tanto el club como la afición rayista dudaban de la orientación política de ucraniano, que podría haber estado vinculada a la ideología neonazi. Zozulya prestó servicio militar al Ejército de su país y fue un ídolo para la asociación ultra del Dnipro, integrada por muchos neonazis ucranianos.
Sin embargo, el Rayo se aseguró de que no fuera así hasta minutos antes del cierre de mercado, a pesar de los múltiples rechazos a través de redes sociales. El club publicó un comunicado del propio Zozulya en el que aseguraba que sus actos coinciden con los «valores sociales que preconiza el Rayo Vallecano y su incondicional afición».
Esto no tranquilizó el ambiente. El grupo Bukaneros ha acudido al entrenamiento este miércoles por la mañana para protestar por su fichaje, exhibiendo una pancarta que rezaba: «Vallekas no es lugar para nazis. Presa, para ti tampoco. Vete ya!».
Además, la Plataforma ADRV (formada por aficionados del Rayo) describió como ridícula la incorporación del ucraniano: «Entre los miles y miles de jugadores que hay en el mercado deciden fichar a un reconocido neonazi como Zozulya (…). El jugador ha empuñado armas, ha donado dinero a batallones fascistas luce sus símbolos y ha manifestado en numerosas ocasiones su apoyo a la ultraderecha de su país, para quien es un símbolo». Además, exigían a Presa que rectificara: «No queremos tipos así, ni en el césped ni en el palco».
A raíz de una reunión de urgencia de los Bukaneros con los capitanes del Rayo, Zozulya ha dicho defintiivamente adiós al club tan solo unas horas después de incorporarse. Así lo ha confirmado Miguel Torrecilla, director deportivo del Betis.