El Bayer Leverkusen ha recomendado a Hakan Çalhanoglu una mayor moderación a la hora de manifestar opiniones políticas relacionadas con su país de origen, Turquía. El jugador de la selección turca publicó recientemente un vídeo a través de su perfil en la red social Twitter en el que se refería a otro mensaje emitido por un viejo conocido de la Bundesliga, el futbolista Gökhan Töre, y mostraba su apoyo al presidente turco Erdogan.
«Gökhan, mi hermano, he recibido tu mensaje. Para nuestro país, para nuestro pueblo, para nuestra gran Turquía yo también estoy dispuesto», señaló Çalhanoglu en las imágenes publicadas en su perfil, que ya han sido eliminadas. El club alemán reconoció haber hablado con el jugador sobre el vídeo y haber debatido sobre lo problemático que puede resultar para el deportista pronunciarse públicamente sobre política, dado que él goza de gran atención mediática.
«Le hemos recomendado que en el futuro se modere en planteamientos de este tipo que incluyan manifestaciones de opiniones», indicó el club al tiempo que señaló que, a pesar de las indicaciones, tanto él como el resto de la plantilla están amparados por el derecho de libre expresión. Según informó la revista alemana ‘Focus’, el vídeo que el jugador colgó en Internet forma parte de una campaña de apoyo al actual presidente turco en la que también han participado otras personalidades públicas del país del Bósforo.
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«El principio es parecido al del fenómeno del ‘Ice Bucket Challenge’: distintas celebridades emiten un mensaje y piden a su vez a otros famosos que hagan lo mismo», explica la publicación al tiempo que recuerda que además de Calhanoglu, otros jugadores turcos como Arda Turan, del Barcelona, también apoyaron la iniciativa. En Turquía rige desde el mes de julio, momento en el que hubo un intento de golpe de Estado en el país, el estado de excepción. Desde entonces, numerosos medios de comunicación críticos han sido cerrados y un gran número de periodistas encarcelados.
Además, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ha llevado a cabo una purga que incluye a profesores, jueces y policías, que han sido apartados de sus puestos. Una actuación que se observa con preocupación desde Europa, también desde Alemania, un país que aboga por seguir manteniendo canales de comunicación abiertos con Ankara en aras de evitar un conflicto diplomático y de no permitir que el país se encierre más en sí mismo.
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